La hipermetropía es un defecto refractivo que provoca visión borrosa de cerca, aunque en algunos casos también puede afectar a la visión lejana, especialmente si el grado es alto o con el paso del tiempo. Se debe a que el globo ocular es más corto de lo normal o la córnea es demasiado plana, lo que hace que la imagen se enfoque detrás de la retina.

Tratamientos quirúrgicos para la hipermetropía

La hipermetropía también puede corregirse de forma eficaz mediante distintas técnicas quirúrgicas, según las características de cada paciente:

LASIK

El láser excimer se utiliza para aumentar la curvatura central de la córnea y lograr que la imagen se enfoque correctamente en la retina. Es una técnica rápida, con buena recuperación visual y mínimas molestias postoperatorias.

PRK

Alternativa sin corte en la córnea. Se aplica el láser sobre la superficie tras retirar el epitelio. Indicada en pacientes con córneas más finas o cuando no se recomienda el LASIK. La recuperación es algo más lenta, pero los resultados visuales son igualmente buenos.

ICL (lente fáquica intraocular):

En hipermetropías elevadas o cuando la córnea no es apta para cirugía con láser, se puede implantar una lente fáquica en el interior del ojo. Es una técnica reversible y segura, que proporciona una excelente calidad visual.

¿En qué consiste la cirugía?

Como en el caso de la miopía, se trata de procedimientos ambulatorios, sin dolor y con rápida recuperación. El tipo de cirugía se elige tras un estudio personalizado que incluye pruebas específicas para garantizar la máxima seguridad y eficacia.