La superficie ocular está compuesta por la córnea, la conjuntiva, la película lagrimal y los párpados. Su correcto funcionamiento es esencial para mantener una visión clara y cómoda. Cuando alguno de estos componentes se altera, pueden aparecer síntomas molestos e incluso afectar la calidad visual.
Las enfermedades de la superficie ocular son muy frecuentes y, aunque muchas veces se consideran “leves”, pueden generar una gran incomodidad y requerir tratamiento especializado.
Patologías más frecuentes
Síndrome de ojo seco
Es una de las patologías más frecuentes de la superficie ocular y una causa habitual de consulta. Se produce cuando existe una disminución en la cantidad o una alteración en la calidad de la lágrima, lo que provoca una lubricación insuficiente del ojo.
Sus síntomas pueden variar de leves a muy molestos, e incluyen:
◦ Sensación de arenilla o cuerpo extraño
◦ Escozor, picor, enrojecimiento
◦ Ojos llorosos por efecto reflejo (lagrimeo paradójico)
◦ Visión borrosa o fluctuante
◦ Sensibilidad a la luz (fotofobia)
◦ Fatiga visual, especialmente al usar pantallas, leer o conducir
El ojo seco puede tener múltiples causas:
◦ Ambientales: exposición prolongada al aire acondicionado, calefacción, contaminación, viento
◦ Digitales: uso excesivo de pantallas, que reduce la frecuencia del parpadeo
◦ Hormonales: menopausia o cambios relacionados con la edad
◦ Enfermedades autoinmunes: como el síndrome de Sjögren
◦ Uso de lentes de contacto o cirugía ocular previa (como LASIK o cataratas)
◦ Disfunción de las glándulas de Meibomio, responsables de la capa lipídica de la lágrima
En nuestra clínica realizamos un estudio completo del tipo de ojo seco (evaporativo, acuodeficiente o mixto) para adaptar el tratamiento a las necesidades de cada paciente.
Los tratamientos pueden incluir:
◦ Lágrimas artificiales específicas
◦ Higiene palpebral y calor local
◦ Geles o pomadas lubricantes
◦ Sueros autólogos en casos severos
◦ Colirios antiinflamatorios (ciclosporina, corticoides en pauta corta)
◦ Luz pulsada intensa (IPL) para mejorar la función de las glándulas de Meibomio y reducir la inflamación crónica de la superficie ocular
En los casos crónicos, realizamos un seguimiento individualizado y a largo plazo, ya que el síndrome de ojo seco es una enfermedad que puede requerir tratamiento continuo para mantener una buena calidad de vida visual.
Blefaritis
Inflamación del borde palpebral, generalmente crónica, que puede acompañarse de descamación, picor, enrojecimiento y sensación de cuerpo extraño.
Suele estar relacionada con disfunción de las glándulas de Meibomio y puede influir en la estabilidad de la lágrima.
Conjuntivitis
Inflamación de la conjuntiva, que puede ser infecciosa (vírica o bacteriana), alérgica o irritativa.
Sus síntomas más frecuentes son enrojecimiento ocular, secreción, picor o sensación de quemazón.
El tratamiento varía según la causa.
Queratitis y úlceras corneales
Infecciones o lesiones de la córnea que pueden ser potencialmente graves si no se tratan a tiempo.
Pueden estar asociadas a traumatismos, uso prolongado de lentes de contacto o enfermedades de base.
Requieren diagnóstico inmediato y tratamiento intensivo.
Pterigion
Crecimiento anormal de un tejido fibrovascular sobre la córnea, generalmente relacionado con la exposición solar.
En casos avanzados puede afectar a la visión y requiere cirugía.
Diagnóstico y tratamiento
- Análisis de la película lagrimal (break-up time, osmolaridad)
- Meibografía (estudio de glándulas de Meibomio)
- Tinción corneal y conjuntival
- Evaluación palpebral y de la función lagrimal
Los tratamientos se adaptan a cada caso e incluyen desde medidas higiénicas y colirios específicos, hasta técnicas avanzadas como:
- Luz pulsada intensa (IPL) para disfunción de glándulas de Meibomio y el síndrome de ojo seco
- Sueros autólogos en ojo seco severo o lesiones corneales
- Tratamientos antibióticos o antiinflamatorios personalizados
- Cirugía de pterigion y reconstrucción de la superficie ocular, cuando está indicado